Y si vas a volar que sea con la necesidad de sentirte libre, que la sangre no te detenga y que el camino se disfrute con cada aroma inhalado.
Que no determine tu altura y la incapacidad para direccionar las confusiones que los cielos disponen.
Cuando estés susceptible hazlo y no mires a tras. No hay necesidad ya de refugiarte en la necedad de pertenecer al nido de la mediocridad.
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